viernes, 22 de enero de 2010

Como Ícaro

Volé alto imaginando tus brazos,
ilusionada con la idea de tener tu aliento en mi oído de nuevo,
me impulsaron tus labios al dibujar una sonrisa,
y salté al hondo abismo de la nada,
recordé palabras dichas hace mucho tiempo,
o más bien susurradas mientras dormías:
"No te alejes de mi" , y éstas me llevaron más alto
mas cuando más ilusión tenía y más alto llegué...
Mis cuidadas alas, construidas con ilusiones
me llevaron tan cerca del sol y de su calor
que la cera comenzó a derretirse.

¿Has imaginado alguna vez una caida así?
No quisiera relatarla, por que cuanto más abajo estás
con más rapidez ves el suelo acercarse,
la gravedad nunca ha perdonado los sueños
tejidos con sedas de la locura y cosidos con hilo de imaginación.





Oscuridad, es aquello que siento cuando no me escuchas,
cuando a pesar de que ya no sé como decirte que eres único...
tú sigues sin oírme.
Y te veo, que como el agua,
te escapas entre mis dedos sin que pueda hacer nada.
Grité tu nombre, pero ya no estabas.






Y sé que no volverás,
que llevas grabado a fuego cada movimiento
que hice traicionada por mis propios deseos de olvidarte
cuando me dijiste que no me querías.

¿Algún día leeras estas líneas?
No lo creo,
aunque si acaso lo haces,
cree que eres la persona
que por más tiempo
ha tenido ocupada mi mente,
por la que más lágrimas derramé
y a la que más me ha dolido nunca
no poder retener.

No hay comentarios:

Publicar un comentario